El calamondín, también llamado calamondina o calamansí, es un arbolito que se ha obtenido hibridando el kumquat con otro cítrico, probablemente la mandarina. Es originario de Asia y existen cultivares en China, Filipinas, Europa y Estados Unidos.
El fruto es similar a una pequeña mandarina o naranja achatada, aunque el sabor es ácido como el limón. La piel pasa del verde al naranja con la maduración, y resulta más dulce que la pulpa. Esta fruta contiene menos pepitas o semillas que otros cítricos.
El zumo del calamondín se emplea para darle sabor a refrescos, granizadas y postres. Con su pulpa se pueden hacer mermeladas. En Asia sirve de condimento para pescados, aves y carne de cerdo. Además, en China es costumbre regalar calamondines en Año Nuevo para desear suerte. Por otra parte, la industria cosmética usa esta fruta para aromatizar champús y desodorantes.
La copa del arbolito permanece tupida durante todo el año. Las hojas son verdes y presentan bordes suaves, mientras que la flor es perfumada. Es una especie resistente, colorida y muy productiva.
Nuestros cítricos incluyen maceta cerámica de 14 cm.
Ficha técnica:
- Nombre científico: Citrofortunella Mitis.
- Nombre común: calamondín, calamondina, calamansí.
- Altura: 1-2 metros. Habitualmente se cultiva en maceta o como bonsái.
- Uso: ornamental para jardín o balcón. Aprovechamiento de su fruto.
- Hoja: perenne. Hojas de color verde intenso. Follaje tupido.
- Floración: marzo. Flores de color blanco con aroma a azahar.
- Fruto: calamondín. Fruto redondo de unos 4 centímetros de diámetro. Sabor ácido. Madura en noviembre y permanece en la rama hasta seis meses. Árbol muy productivo.
- Cuidados: es una planta muy resistente. Conviene ubicar en una zona iluminada, pero sin exposición directa al sol. Evitar las heladas. Regar la planta cuando la tierra o las raíces estén secas. De mayo a septiembre se recomienda enriquecer el agua de riego con fertilizante especial para cítricos. Por otro lado, para prevenir las plagas, que transcurren en los meses mencionados previamente, recomendamos usar jabón potásico y aceite de neem una vez a la semana.